La denominación genérica de conductas adictivas se aplicaba al consumo de sustancias que, ingeridas por un individuo, tenían la potencialidad de producir dependencia. Con el transcurrir de los años se observó que también existían conductas que, sin haber sustancia por medio, tenían la capacidad de producir dependencia, así como el resto de las características asociadas a las dependencias de sustancias. Hoy se considera conductas adictivas tanto el consumo de sustancias que producen dependencia (la heroína, la cocaína, el tabaco, el alcohol, etc.), como ciertas conductas, como el juego patológico, el sexo compulsivo, etc.