TDHA

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad aparece en los primeros años de la infancia y se caracteriza por la presencia de tres síntomas fundamentales: el déficit de atención, la impulsividad y la hiperactividad. Si bien en los primeros años la hiperactividad y la inatención son los síntomas prioritarios, a medida que se llega a la adolescencia, la hiperactividad decrece, la inatención se mantiene y aumentan las conductas de impulsividad. Más allá de un conjunto de síntomas, supone un problema global en la vida del niño, repercute en el rendimiento académico y afecta a sus juegos y a sus relaciones familiares.

Se establecen tres subtipos

TDAH con predominio del déficit de atención

 

Son más ansiosos y más despistados, con frecuencia desconectados de su entorno y menos agresivos. Cometen muchos errores en el colegio y tienen dificultad para recordar lo que estudian.

TDAH con predominio de la hiperactividad y de la impulsividad

Contrariamente, los sujetos con TDAH con predominio hiperactivo-impulsivo, igual que los de tipo combinado, presentan más problemas de hiperactividad y de conducta.

TDAH combinado, en donde aparecen conjuntamente los tres tipos de síntomas

Es el más frecuente en ambos sexos, pero en el subtipo inatento hay un mayor número de niñas, que tienden a pasar desapercibidas en el colegio y a ser evaluadas a la baja porque sus síntomas, menos relacionados con el exceso de movilidad, no resultan tan molestos para los adultos.

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El TDAH continúa durante toda la vida. La tasa de prevalencia entre los adultos se estima en un 2%.

 

La evaluación del TDAH a través de la información proporcionada por el niño, los padres y los profesores, se basa en la aplicación de pruebas que detectan déficits perceptivo-cognitivos, de coordinación visomotora y de rendimiento intelectual.

 

El tratamiento ha experimentado importantes avances en las dos últimas décadas. El tratamiento psicofarmacológico y la Terapia Cognitivo-Conductual han demostrado ser las más eficaces en el control de los síntomas y ayudar a los niños y adolescentes hiperactivos y a sus familias.

 

Los objetivos fundamentales deben llevar a reducir la sintomatología del trastorno y a proteger la autoestima del niño, favorecer su evolución saludable en un ambiente favorable y al afrontamiento con éxito de los desafíos de la vida cotidiana en el entorno familiar, escolar y social.