Depresión

Depresión

El estado de ánimo deprimido es una de las condiciones de malestar psicológico más frecuentes de los seres humanos. Las personas con estado de ánimo deprimido experimentan una pérdida de la energía y del interés, sentimientos de culpa, dificultades de concentración, pérdida del apetito , pensamientos de muerte o suicidio, alteraciones del sueño y de la actividad sexual, cambios en las funciones cognitivas y el habla. Todo esto produce un deterioro del funcionamiento interpersonal, social y laboral.

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Las teorías cognitivo-conductuales, en términos generales, han atribuido la depresión a déficit en los procesos cognitivos en donde la persona distorsiona la información generada de sus experiencias, alterando negativamente su imagen propia y la de su mundo circundante. Existe una vinculación estrecha entre los pensamientos, las conductas y las emociones y se postula que la producción de cambios en la conducta y los pensamientos es una forma efectiva de modificar los estados afectivos. Lo que la persona piensa y hace influirá en cómo se sentirá.

Desde este enfoque se piensa que la depresión es producto de distorsiones negativas que surgen cuando la persona evalúa sus experiencias negativamente, reflejándose esto en su auto-imagen, su percepción del mundo y del futuro. Se generan pensamientos automáticos disfuncionales que activarán y mantendrán la depresión. El origen de todo esto será un sistema de creencias o reglas absolutistas que pueden tornarse disfuncionales, denominadas “asunciones básicas” (depresogénicas) que servirán de base filosófica o marco de referencia para la evaluación de las experiencias vividas por el individuo y serán la fuente de las distorsiones cognitivas al interpretar las mismas. “Las asunciones básicas”que predisponen hacia la depresión son un conjunto de reglas rígidas, caracterizadas por ser muy absolutistas, extremas y arbitrarias. Facilitan que la persona cometa errores cognitivos por medio de generalizaciones exageradas.

El Modelo Cognitivo Conductual propone trabajar durante la terapia dos elementos primordiales de intervención, el primero hace referencia a las cogniciones o pensamientos y el segundo recalca la modificación de aquellas conductas que se originan a partir de creencias irracionales. En términos generales puede señalarse que los objetivos terapéuticos son recuperar las actividades habituales y la forma de resolver los problemas de una forma activa y adaptativa. La consecución de estos objetivos requiere aumentar la actividad, mejorar el estado de ánimo, modificar algunos aspectos cognitivos, como pensamientos automáticos, expectativas, atribuciones, esquemas, etc. los medios disponibles desde la terapia Cognitivo-Conductual para alcanzar estos resultados son muy diversos y la mayoría de ellos permite alcanzarlos con éxito.